Marco Ideológico

POR QUÉ ESTADO ARAGONÉS? por Paco Calero 
 A los aragoneses/as y a todos aquellos que por razones diversas amen a Aragón y, por tanto, quieran adquirir el compromiso de defender esta tierra, mejor de lo que lo hacen las diferentes fuerzas políticas que gobiernan Aragón en la actualidad: Creemos que Aragón se merece más de lo que tiene, en materia de libertades, protección y expansión de las lenguas propias, mejoras sociales, servicios, reconocimiento y recuperación de nuestros derechos históricos… Queremos, en definitiva, ser nosotros mismos los que decidamos sobre nuestra tierra y sus gentes; los que viven en Aragón y los que por razones mayores un día tuvimos que abandonarlo. Queremos que ningún gobierno que no sea aragonés decida nuestro presente y futuro como pueblo soberano. Creemos que ha llegado la hora de crear un partido que aglutine a todos los aragonesistas, que quieran caminar por el sendero que nos llevará un día, si esa es la voluntad mayoritaria de los aragoneses, a la soberanía plena; como otros pueblos que han conseguido su libertad, o se encuentran en proceso. A otros pueblo el camino a la libertad no les ha sido fácil, a estado lleno de dificultades y lucha y en algunos procesos se ha cobrado vidas. Pero la libertad de los pueblos y de sus gentes es uno de los bienes más preciados con los que cuenta el ser humano y por el que merece la pena darlo todo. En nuestro caso seria volver a ganarnos la libertad que tuvimos y que nos quitaron. Tarea nada fácil pero no imposible, somos un pueblo tenaz que ha luchado y defendido de las múltiples invasiones a lo largo de su historia. Por ello tenemos que volver a recuperar nuestro papel en la historia. Lo mismo que otras naciones lo están haciendo, y en la actualidad tienen mayor grado de autogobierno que nosotros. Los aragoneses tenemos que echar a andar con paso firme hacia la construcción de un estado aragonés. Se lo debemos a nuestra historia y a todos los que la construyeron, como mínimo merecemos lo mismo que los que más tienen como máximo la libertad plena. 
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 RAZONES PARA LA INDEPENDENCIA DE ARAGÓN por Ánchel C. Górriz 
 1º. La política
 2º. La económica 
3º. La social 
4º. La histórica 
5º. La cultural. 
 1.- La Política.- La Constitución actual del Estado español, previó un proceso de descentralización caracterizado por falta concreción sobre la manera en que debía hacerse y, en definitiva, sobre el grado que debía alcanzar: preparó un proceso de descentralización ambigüo. Las fuerzas políticas que influyeron en aquel momento (partidos centralistas y nacionalistas vascos y catalanes, principalmente), establecieron el reparto fundamental en el juego político: diseñaron un procedimiento de acceso a la autonomía a medida; rápido y con alto nivel de competencias para los territorios más y mejor organizados y lento y limitado para los demás, entre ellos Aragón. A 26 años vista del inicio del llamado "proceso autonómico", dictado en cada momento por las circunstancias y el juego de las mayorías políticas, –según la libre e interesada interpretación de los políticos centralistas y nacionalistas– el balance es negativo para Aragón; abocado, por su escasas posibilidades de influir en la política española, a ser relegado al grupo de los que más retrasados están en tal proceso. En esa estructura desigual unos tienen más ventajas que otros, pero en Aragón además representa un agravio... En esta estructura no se permite un reconocimiento expreso a los derechos históricos de soberanía administrativa, jurídica, económica y fiscal que le corresponden; no se da respuesta a la singularidad de su territorio, de su cultura y de su gente; no permite establecer el concepto de aragonés como sujeto vinculado a una comunidad política y humana que permita políticas comunes y de desarrollo de esa comunidad dentro y fuera de su territorio y no nos deja las manos libres para disponer de nuestros recursos en favor y en beneficio de Nuestra Tierra. Por tanto, no es un sistema que esté adaptado a nuestra manera de ser; que dé respuesta a nuestras aspiraciones y que sea capaz de substituir, por mucho que se pretenda, lo que fueron las constituciones y las instituciones históricas de nuestro Pueblo. Más aún, tanta racanería y mezquindad las hace más deseables. No hay indicios de que la situación vaya a cambiar con el proceso iniciado tras el segundo acceso del PSOE al poder del Estado español. El viejo texto constitucional español no da más de sí. Es un proceso agotado. Al margen de su relativa eficacia como proceso descentralizador administrativo no puede dar paso al reconocimiento de entidades nacionales, derechos colectivos o procesos de autodeterminación, entre los que se incluiría Aragón. El nacionalismo español de derechas enrocado y extremadamente agresivo y el filo-centralismo del PSOE suponen además una rémora adicional. 
 2.- La Económica.- La política económica fundamentada en la extracción de materias primas, suministradora de recursos y mano de obra que, desde la industralización de ciertas áreas del Estado español, fue aplicada a Aragón en un régimen semicolonial, se ha tornado en el poco peso económico que sufre actualmente. Aquella política no dejó tejido industrial, ni humano, ni de capitales, ni de comunicaciones y lo que es peor no dejó mentalidad empresarial capaz de impulsar una economía autóctona que pueda mantener por sí misma un crecimiento continuado que atraiga capitales, mantenga un nivel aceptable de empleo y genere plusvalías. De nuevo la carencia de un poder decisorio en materia económica en Aragón hace que para Nuestra Tierra no existan políticas económicas especiales adaptadas a la realidad de su marasmo secular. Más bien, todo lo contrario, las políticas aplicadas basadas en indicadores económicos como renta per cápita u otros estandares, o la transparencia de la economía aragonesa, etc. hacen que se aplique una fiscalidad alta y un régimen de ayudas más desfavorables que el de otras comunidades más ricas, desde en punto de vista cuantitativo, como Andalucía, Comunidad Valenciana o Cataluña. Este es para Aragón un agravio de primera magnitud. Desde el poder económico central se condena a Esta Tierra, en esa estructura de la economía global que se va implantando, a desempeñar, en términos económicos, una función auxiliar consistente en: suministradora de recursos energéticos, hídricos, de materias primas o productos en bruto y mano de obra; reserva para el turismo dominical y estacional de baja renta y vertedero de los residuos industriales generados en otros sitios. No es este pues un régimen de igualdad de medios en lo económico para afrontar los nuevos retos. 
 3.- La Social.- La Sociedad aragonesa está desarticulada. Al gran vacío humano que existe en la mayoría de las comarcas se añade la escasa importancia que tiene el factor juventud, es decir, el factor innovación, el factor trabajo, el factor progreso y el factor fomento de políticas progresistas... La Capital por sí sola no puede representar en Aragón el factor dinamizador. La emigración es la principal causa de tal desarticulación y representa para los aragoneses nuestra particular y “suave limpieza étnica”. Porque la sociedad aragonesa ha estado contemporáneamente condicionada por éste más que por ningún otro fenómeno social y es algo que nos ha venido impuesto: ¡Se nos ha obligado a abandonar nuestra tierra!... y eso, en algunos lugares, ¡se ha aplicado al pie de la letra!. La emigración es muestra gran “cuestión nacional” causa de nuestro debilitamiento y fraccionamiento como pueblo, que afecta a todos los aragoneses y que ya forma parte consustancial de nuestro sentimiento y acervo colectivo. Aún hoy hay aragoneses –remarcar que son los jóvenes– que tienen que marcharse de sus pueblos por los mismos motivos, lo cual resulta más sangrante porque en el modelo socio-económico, que presume de proporcionar un alto grado de oportunidades y que a su vez recibe inmigración, se condena a una parte de los “beneficiarios” de ese modelo residentes en un determinado lugar como Aragón a hacer lo que hicieron sus padres y abuelos, emigrar. En el fondo de la cuestión no hay una “fatalidad histórica del pueblo aragonés”, pues en nuestro territorio, en “Nuestra Casa”, hemos tenido todas las bases materiales y humanas para constituir una sociedad moderna y dinámica. Es sangrante que hayamos tenido que sacrificar esas bases para el progreso de otros. No debemos pensar siquiera que hay una dejación y desinterés por parte de las instituciones del Estado y una imposibilidad política o evidente incapacidad por las autonómicas para solucionar este problema secular. Hemos de pensar más bien que existe un interés y una connivencia para que la cosa siga así. ¡Hay que desvincularse de este Estado y substituir a los políticos subsidiarios que ignoran los problemas y las aspiraciones de la sociedad que pretenden representar! 
 4.- La Histórica.- Aragón no debe resignarse a ocupar el lugar donde le puso el uso de la fuerza militar, por muchos años que hayan pasado, ni por muchos años de convivencia, porque la fuerza no acabó con la conquista militar de nuestra tierra y la muerte o ejecución de nuestros soldados. No se puede llamar convivencia a la asimilación y a la destrucción de todos los hechos que en Aragón han marcado su diferenciación respecto al resto. Más aún se han destrido la base de toda resistencia posible y el referente de las tradiciones políticas medievales y modernas aragonesas basadas en un inquebrantable espíritu independiente; haciéndolo ver con el desprecio que se mira a lo viejo y lo reemplazable. La historia se escribe para no olvidarla y en el caso de Aragón no es un mero referente nostálgico o pretensión abandonada de constituir un soñado Estado aragonés, sino el medio posiblemente el único y el último que nos queda para encontrar nuestra propia vía hacia el futuro. El derecho a la independencia es irrenunciable no sólo por los agravios recibidos sino porque es el único medio por el cual podemos poner freno a la situación actual. Tenemos muchas cosas que hacer en Aragón por el repunte de nuestra cultura, por la normalización de nuestra economía y de nuestra sociedad, etc. Sólo corresponde a los aragoneses libremente preparar su futuro. Esta visto y comprobado que ni los dirigentes del Estado español ni sus clientes y sucursales políticos en Aragón están en disposición de hacer concesiones. 
 5.- La Cultural.- “Quitamos a la gente de su base territorial, diluimos su cultura obligándolos a emigrar y liberamos espacios para otros usos”. Esta es la política que se ha aplicado en Aragón. El Pirineo y los Somontanos de Huesca cuna y último reducto del idioma aragonés y la cultura autóctona y genuina aragonesa, ha sufrido un genocidio cultural perpetrado por las políticas, los intereses y el funcionariado españoles, en lo que es interpretable como un acto de conquista y de saqueo que toda vía hoy continúa descaradamente. Nada se ha respetado en esta tierra, ni el medio, ni a la gente, ni su cultura. El medio ha sido anegado, esquilmado o destruído sin ningún provecho: a la gente se le ha impedido toda alternativa de progreso material en su tierra obligándola a marchar en su mayoría y al idioma y a la cultura autóctona se les han combatido con saña desde las instituciones culturales centralistas, haciendo perder en las conciencias altoaragonesas el orgullo por ella. Rotas las bases económicas del territorio, estigmatizado el referente idiomático y cultural autóctono, desarticulado el tejido humano y el medio sobre el que se asienta la Nación aragonesa, esta se diluye y accede a la asimilación y su espíritu de resistencia se doblega. Así se hace con Aragón u otro país lo que se quiera. Sin embargo, permanece dentro de nosotros el espíritu independiente de nuestra Nación, y de nosotros mismos, que hace aflorar entre nosotros la conciencia de su opresión y de que ellos nos tratan de forma diferente a como se tratan entre ellos. Ha prendido en nuestra voluntad la llama de la rebeldía y el deseo ser independientes por nosotros mismos.
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 POLÍTICA SINDICAL Y SOCIAL por Paco Calero (Sindicalista) 
 INDICE
 1.- Introducción 
2.1.- Política sindical y general 
2.2.- Política social 
2.3.- Política económica 
3.- Relaciones con las organizaciones representativas de los trabajadores aragoneses 
 1.- INTRODUCCIÓN Nos encontramos ante un acontecimiento socio político histórico en el que nosotros seremos o no protagonistas de futuros cambios en la sociedad aragonesa. Todo dependerá del acierto que tengamos a la hora de saber comunicar a los ciudadanos nuestro modelo político y cubrir con honradez los espacios ideológicos que otras formaciones han abandonado o simplemente nunca han ocupado. Estado Aragonés tiene que incidir en todos los frentes en donde podamos ser útiles al pueblo aragonés pero esto requerirá de un tiempo, pues somos un partido recién prefundado, que tiene que dar un margen para su consolidación interna. Tanto en el ámbito ideológico como de sus diferentes estructuras de dirección, teniendo en cuenta nuestra realidad interna actual es hora de construir nuestro programa político y abrir el debate interno a todos los militantes en este sentido. Quiero aportar mi propuesta en uno de los campos de acción que considero de gran importancia. Como es la política laboral y las relaciones con las organizaciones representativas de los trabajadores. En esta nueva andadura política de EA uno de nuestros objetivos debe ser el demostrar la posibilidad de acoger en el seno del partido a todos aquellos compañeros con voluntad de colaboración entorno a los valores como el reparto del trabajo como bien necesario para la consolidación del estado del bienestar, acabar con el desempleo. La defensa de la clase trabajadora y de sus intereses. Que en definitiva también son los intereses de Aragón. Frente al neoliberalismo y el capitalismo salvaje. EA debe incidir y trabajar por la defensa y promoción de los intereses sociopolíticos, económicos, profesionales, sociales y culturales de los trabajadores aragoneses dentro y fuera de Aragón. Para ello debe haber tareas políticas a impulsar.
 2.1.- POLÍTICA SINDICAL Y GENERAL a).- Apoyar y defender políticas generales que afecten al conjunto de los trabajadores y persigan la transformación de la sociedad. b).- Mantener relaciones con las organizaciones sindicales tanto aragonesas, como no, si la situación lo requiere. c).- Abogar por la defensa de los intereses de los trabajadores a través de las relaciones fraternales, dentro del espíritu de entendimiento entre los diferentes pueblos y estados. 
2.2.- EN POLITICA SOCIAL, ESPECIALMENTE: a).- Defensa de los intereses de los trabajadores en materia de política social y sanitaria. b).- Defensa de los intereses de los trabajadores en materia de empleo, seguridad social, políticas de mercado de trabajo y salud laboral. (que el instituto aragonés de empleo , gestione todos los servicios) c).- Ejercer una especial defensa de las reivindicaciones laborales en las problemáticas específicas de los colectivos de mujeres y jóvenes aragoneses. d).- Defender los derechos de la tercera edad, garantizando la suficiencia económica y el bienestar de estos ciudadanos, tanto en las ciudades como en las zonas rurales. e).- Incidir en la integración laboral y social de los minusválidos y de las minorías y colectivos marginales. f).- Apoyar y promover la integración social de los trabajadores extranjeros. g).- Defender y exigir a los poderes públicos que se creen las condiciones para hacer realidad el derecho de los trabajadores a disfrutar de una vivienda digna y adecuada a su poder adquisitivo.
 2.3 EN POLITICA ECONOMICA, ESPECIALMENTE: a) Demandar a los poderes públicos aragonés una política orientada al pleno empleo y una distribución de la renta en Aragón que sea equitativa, que garantice el progreso social y económico de nuestro país. b) Promover la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo la salud y los legítimos intereses de los consumidores. c) Defensa de los intereses de los aragoneses: - En la política económica Aragón y fuera del mismo. - En la política patrimonial. - En la política financiera y fiscal. - En la política de precios, de la competencia y del consumo d) Defender y apoyar iniciativas que promocionen el cooperativismo aragonés y las sociedades limitadas.
 3. RELACIONES CON LAS ORGANIZACIONES REPRESENTATIVAS DE LOS TRABAJADORES Las organizaciones de izquierda y el moviendo sindical como elementos transformadores de la sociedad, siempre han compartido objetivos y espacios de acción comunes, por lo tanto en esta línea de trabajo tiene que estar EA. Pero siempre desde la autonomía y la pluralidad por ambas partes. EA deberá mantener relaciones siempre que lo crea necesario con las organizaciones sindicales de clase, dado el papel que cumplen ante la sociedad, como agentes sociales encargados de la defensa de las clases trabajadoras. Aunque no siempre hayan acertado en esta función, y tengamos elementos de discrepancia ante posibles actuaciones sindicales, y nos tengamos que reservar el derecho a la crítica, de hay la escrupulosa autonomía de la cual tenemos que hacer gala. Otro elemento a tener presente es no caer en el doble error de apostar por una opción sindical concreta, dado que por un lado podríamos coartar la libre decisión de militantes de EA a decidir por el sindicato que mejor cree que puede defender sus intereses como trabajador. Y por otro lado también podemos cometer el error de hipotecar nuestra autonomía político-sindical, ante posibles discrepancias en la gestión del sindicato por el que se apuesta. Lo que crearía tensiones internas en el seno del partido. Como ya le han pasado a otras formaciones políticas a lo largo de su historia. También seria justo decir que las organizaciones sindicales han pagado su precio con crisis internas, por haber sido correas de transmisión de un partido, sobre todo cuando el partido le ha tocado gestionar desde las instituciones. En este sentido si no en su totalidad si hay que decir, que se han ido superando estas situaciones, entre la izquierda política y la izquierda sindical a base de una mayor autonomía entre ambas. Prueba de ello la tenemos, que en la actualidad tanto en los sindicatos conviven afiliados con compromisos políticos diferentes, como dentro los partidos también sus militantes comparten inquietudes sindicales diferentes. Creo que en esta línea de pluralidad sindical tendría que moverse EA. La estrategia pasaría por un marco de relaciones, en función de objetivos y espacios comunes, con las organizaciones sindicales de clase y desechar una relación tipo correa de transmisión político-sindical. 
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 ¿POSIBILIDAD DE UN ARAGONÉS ESTÁNDAR? por Andrés Castro
 La lengua aragonesa está amenazada de muerte, el proceso sociolingüístico que lo a llevado a esta posición es claro, la presión de la lengua dominante la a forzado desde hace décadas a este fin. Se comienza primero con un bilingüismo, que desproteje la lengua políticamente débil; se deja de hablar, forzados a adoptar la lengua impuesta, o porque, aunque la continúen usando, la acción desintegradora y corruptora de la lengua dominante, altera el sistema y el léxico de la dominada, deteriorándola hasta casi su desaparición. Después se empuja a la lengua, hacia su uso en el ámbito del folklore, y se acaba en la instalación de un patués, que los mismos hablantes odian, y esconden su uso público, por creer inútil su lenguaje vernáculo. La lengua aragonesa es un instrumento cultural en vías de extinción. Es urgente salvar al aragonés de su agonía, y por ello es necesario una ley de lenguas, que comience a darle un poco de aire, y esta política debería ser vista por el gobierno de Madrid, y por sus acólitos de Aragón como una reparación del daño infligido. ¿Porqué los mismos que antes la destruían, o contemplaban impávidos el proceso de destrucción, ahora se irritan porque la queremos salvar?. A ver cuando llega el día, en que los vigilantes presentes y futuros, de la suerte del castellano, lo sean con el mismo celo y pasión del catalán, del euskera, del gallego, del aragonés..., y escriban o firmen manifiestos populistas, intransigentes, a favor de todas las lenguas ibéricas. Cuantas veces tendremos que escuchar estupefactos, la eterna e indocumentada teoría, de que solo el castellano es un idioma adecuado, para vehicular conceptos científicos. Cuando llegará el día en que los ciudadanos de Iberia, harán la gran revolución, consistente en tener un enorme respeto por aquellas lenguas minoritarias que han llegado vivas hasta nosotros, en un largo peregrinaje por el camino de los siglos, y emocionarse delante de esos vestigios singulares, que los años han dejado en pueblos y valles, y que los hagan suyos, los saboreen, y traten como propios. Que los partidos centralistas, de una manera u otra, trabajen para destruir el aragonés, es algo que no ha de extrañarnos, ahora bien, que las fuerzas políticas autodenominadas aragonesistas, se hagan coparticipes y colaboren con ellos, es indignante. Desde que las llamadas fuerzas aragonesistas, han ido acercándose progresivamente al poder, han dejado de lado las reivindicaciones históricas a favor del trilingüismo en Aragón. Su acomodación al sillón les ha llevado a mostrarse reticentes ante cualquier movimiento de aceleración, para estos ciudadanos cualquier debate planteado por las lenguas es una inoportunidad y de hay la subsiguiente ambigüedad con la que estos políticos se manifiestan. A todos estos que cual Saulo, se han convertido a la verdad absoluta de la Constitución española, habría que recordarles el tercer articulo de ella, que hace referencia a la riqueza de modalidades lingüísticas, y la obligación que este patrimonio sea objeto de un respeto y protección especial, y es evidente que las que necesitan un trato delicado, son las lenguas minoritarias del Estado, en su relación con la lengua hegemónica, que a sido la que durante siglos a gozado del soporte, y los favores de todas las estructuras culturales, educativas y sociales. Y la administración central no es un ejemplo a seguir, pues en aquellas competencias que le corresponde, en los territorios autonómicos con lengua propia, también hace dejación del precepto constitucional del “respeto y protección especial”. Todo lo anterior son agravios ajenos, pero, ¿y nosotros?. Que no hemos sido capaces de construir una lengua estándar, que los hablantes de las diversas variedades encuentren razonable, y no tengan la sensación de sentirse obligados, a aceptar algo que no se acaban de creer. Creo en una lengua estándar, sin purismos, ni medievalismos, que contenga los procesos disgregadores, que palíe mínimamente la devastadora influencia de la inundación castellana, corrigiendo las contaminaciones más feroces. Se trata de evitar en lo posible, los conflictos que puedan perturbar la comunicación entre los usuarios de la lengua, siendo conscientes que no es posible ni deseable pretender crear una norma inamovible. Es dentro de este patrón normativo ordenador, pero no dogmático, donde pienso que se tendría que delimitar la lengua estándar, que sin violentar la espontaneidad del usuario, sirviese para reducir la distancia entre la lengua normativa y la lengua en uso. ¿Será posible esbozar un modelo que permita al aragonés estandar llegar gradualmente a un nivel válido de comunicación entre los hablantes de las diversas modalidades?. ¿Es posible enseñar una lengua correcta que no aparezca distanciada de la que espontáneamente maneja el usuario?. Es decir, que como cualquier otro idioma, podamos los hablantes manejarnos en tres niveles diferentes: el coloquial, el literario y el estándar. En una situación normal estos tres niveles se interrelacionan habitualmente (esto no es así en el caso del aragonés). La función principal del lenguaje coloquial es entenderse y no solamente hablando, también haciendo gestos y dando por sabidas ciertas referencias contextuales. Todo ello hace que el hablante se explique, y sea bien comprendido por todos. Este es el terreno donde la normativa habría de meter menos la nariz. Al nivel literario se entiende la lengua como un material de creación artística, y el principal interés de los que la usan es, sobre todo en poesía, destruir el uso coherente, la formalidad académica y la fidelidad normativa, precisamente porque el escritor trata de trabajar las palabras de la misma manera que el escultor lo hace con la piedra, o el músico con los sonidos. Aquí la normativa también habría que actuar con prudencia. La función principal del lenguaje al nivel estándar, se reduce a la exposición clara de un mensaje, no hay que ser brillante con circunloquios y expresiones recargadas, tiene que ser preciso y expresarse con orden y coherencia. Y es para mi el nivel donde resulta más necesaria la sujeción a una normativa, a un código bien fijado, bien claro, para que pueda ser entendido por todos sin necesidad de un gran esfuerzo. Estos tres niveles de lenguaje han sido desarrollados por todas las lenguas que han tenido una vida normal. El aragonés siempre ha tenido vida coloquial, y una precaria lengua literaria; la que escribía cada uno a su manera, o usando la norma castellana, y después aquellos que han hecho servir las normas aprobadas en el I Congreso; pero no ha podido disponer de una lengua estándar, convenientemente ordenada, y ahora no vamos a investigar el porqué, el cuando o los quienes. La cuestión es que no la tenemos, naturalmente no se puede discutir, que el trabajo sucio lo ha hecho los siglos y siglos de imposición cultural, de la escuela castellana, y que el último empujón del siglo pasado ha sido definitivo. Pero también en estos últimos años han de cargar con sus parte de responsabilidad, los diversos grupos que han trabajado “en defensa del aragonés”, que se han dedicado a hacer la guerra por su cuenta, envenenando las relaciones entre unos y otros. 
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 POR UN ARAGÓN INDEPENDIENTE por Andrés Castro 
 La soberanía del pueblo aragonés, queremos que cristalice, en un Estado Aragonés, fruto de la voluntad popular. Ese debe ser el signo más importante para nosotros, la voluntad de ser, como signo definitorio de Aragón; un sentimiento tan fuerte, que sea capaz de ir venciendo la estrategia del poder central dominante. La nación aparece, como un pueblo o conjunto de personas singularizadas, por unos modelos culturales propios, por una historia, muchas veces por una lengua, (en este sentido nuestro factor diferencial es la pervivencia de tres idiomas) los miembros de la cual, por lo menos, en sus gentes más activas, tienen bien viva la conciencia de aquella singularidad, y la voluntad de conseguir la autodeterminación, si la nación no la posee, o de robustecerla eficazmente, si ya han adquirido la forma de estado. Tenemos el empeño, de conseguir la autodeterminación, ya que nuestra nación no la posee, y no tenemos más remedio, que luchar por hacerlo operativo, mediante la vía posibilista. Hasta que lleguemos a la plenitud de ubicarnos en el marco de los Estados Europeos, se a de trabajar en el mundo real, buscando acuerdos de convivencia y pactos ventajosos dentro del Estado español, soluciones viables de carácter provisional, aplicables a cada momento presente. No olvidemos que en la vida de los pueblos no hay nada definitivo ni tan sólo en aquellos que gozan de soberanía plena.España ha de asumir el legitimo derecho que tiene cada pueblo a no ser asimilado por nadie, a no ser protegido, ni tutelado, ni coaccionado, ni limitado, ni dominado por ningún otro pueblo. A partir del Decreto de Nueva Planta, la anulación de todas las instituciones del país, la expoliación económica, y la imposición lingüística, son unas realidades, frente a las cuales hay dos actitudes: Falsificar, como lo ha hecho la historiografía o la mala fe españolista, o ignorarlas, refugiándose en amnesias bien calculadas, considerándonos muertos, enterrados. Con dichas actitudes bastardas, es cuando pueden hablar de la no existencia de la nación aragonesa. Nosotros, en contra de esos que piensan, que el pasado no admite reparación, pensamos que si, que es de justicia y responsabilidad, el intentar recuperar lo que teníamos y éramos, antes del genocidio político. Los que niegan la existencia aragonesa, pretenden, que la defensa y el mantenimiento de sus hechos diferenciales, hacen a Aragón un país pequeño, localista, provinciano. Hay que decirles que no es así. El hecho de haber sido históricamente, un país fronterizo, un pasadizo geográfico por donde han transitado diversas culturas; hacen de Aragón, un pueblo abierto, receptivo a las corrientes culturales, que surgieron de tanto en tanto alrededor de los países de Europa. Y no olvidemos que, para conseguir la universalidad, se ha de profundizar en aquello que constituye la peculiaridad. Ninguna persona es universal, sino es de algún lugar, si no tiene raíces en una tierra concreta, y renunciar a la propia entidad para abrirse al mundo, es falso universalismo. Los pueblos acceden a la universalidad a medida que afirman y enriquecen su personalidad. A España le cuesta mucho, reconocer la personalidad diferenciada, de las diversas entidades nacionales que la configuran. Y eso a sido cosa de antes y de ahora, en este particular, hoy, no se distinguen mucho los proyectos de las izquierdas o las derechas. Porque ambas contribuyen a crear un ambiente enrarecido, inquietante, en verdad no es este, el marco más idóneo para poder desarrollar una mutua sintonía intelectual, y simpatía cordial. Sintonía, que consiste en la asunción de la problemática del otro como si fuera propia. Los dos bandos españoles, siguen teniendo los mismos prejuicios, parecidas reacciones, que vienen de siglos atrás, las desconfianzas, los temores, las reticencias, las verdades a medias. Pero hablemos del futuro. Hoy por hoy, la Comunidad Europea deja, que sean las instituciones políticas de cada estado, las que en el marco, de sus respectivos ordenamientos jurídicos constitucionales, resuelvan los contenciosos que puedan presentarse en su seno. A los ojos de Europa, el problema que pueda existir con catalanes, vascos o aragoneses, son problemas de España que se han de dirimir en el interior del territorio estatal. Si la Europa comunitaria, es la Europa de los estados, y no la Europa de las naciones o de los pueblos. Si Europa se organiza en el aspecto económico, y se estructura políticamente, sobre la base de los estados. Si no quiere acoger, a aquellas naciones, que por las razones que sean, no han conseguido el grado de soberanía exigido. Entonces, no luchemos solamente, por conseguir el reconocimiento de nación, que nos merecemos por historia y voluntad de ser, sino que demos un paso más y trabajemos por crear un estado plenamente soberano. Tarde o temprano lo conseguiremos, en base a la discrepancia en democracia, al dialogo en libertad, la negociación permanente, Queremos nuevos vínculos entre Aragón y España, que acaben con la relación tirante, incómoda e insatisfactoria, porque se realiza, desde una posición de desventaja para nuestro país, y bajo la presión de unos poderes fácticos poco favorables a Aragón. Nuestra perspectiva es el pacto entre pueblos soberanos y libres, no por el hecho de las armas ni el terror, sino por un auténtico entendimiento. Claro que antes que pase todo esto, y para que llegue a suceder, tenemos que consolidar nuestra identidad colectiva como aragoneses, que nos llamen como quieran, región, país, nación, estado, provincia, pero ante todo, que todos los aragoneses nos creamos un país de verdad. Queremos aceptar el compromiso, de participar en la construcción de la Republica Aragonesa, con modos y palabras claras y serenas, con un esfuerzo (seguro que ingente) por conducir a buen puerto la vida de los individuos y las colectividades, sin resentimientos y prejuicios que atenacen la hora del dialogo y la negociación. Todo ello comporta entrar en el ámbito de una cierta mística. El término “mística”, no tiene buena prensa, pero me explicaré. Quiero decir, entrar en el círculo de la creencia, de la utopía, allá donde vive todo aquello que desborda las leyes del pragmatismo rabioso, de la inmediatez ciega y vergonzante que nos rodea. Disparar con poesía, para hacer realidad el sueño, de aquella República del barón Cosimo Piovasco di Rondò de los animales, las plantas y los hombres. Hacer realidad un país que existe entre las hileras de palabras de nuestras cartas o e-meils, y que en nuestro cerebro presentimos lejano y borroso. En definitiva trabajar por Aragón tal como decía el poeta Martí Pol para Cataluña “molt cautament i amb una gran tendresa, construim una pàtria”. Debemos emanciparnos, sabemos que la independencia es posible, y deseamos imaginarla y pensar, en que haremos el día después de conseguirla. 
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 ARAGÓN TRILINGÜE Y LUENGA NAZIONAL por Ánchel C. Górriz 
 O Gubierno d’Aragón en o ran cultural no ye que una delegazión. No irradia cosa de pulitica cultural-lingüistica y muito menos exerze una pulitica proautiba de proteuzión u potenziazión d’a reyalidá soziolingüistica que debe almenistrar. D'astí que a situazión reyal d’Aragón ye a d'un país monolíngüe a toz os efeutos que no sigan o famillar u local y que ixe suposato trilingüismo no responda que a una situazión ideyal, que aguardamos en un esdebenidero prosimo fesable. O Castellán ye teunicamén una luenga forana, anque charrata en Aragón dende fa asabelo de sieglos: dende que l’elite cultural aragonesa rebló debán d’a suya supremazía cultural, cuan Aragón encara yera constituzionalmén un Estau, y que en os sieglos XIX y XX estió afincata con o funcionariato alministratibo y educatibo d’o Estato nazionalista centralista español. O Catalán perén ha formato parti d’Aragón y perén se charrará en os cabos d’a nuestra tierra. Tamién muito localizato á ran famillar y local, partizipa sin dembargo d’a influyenzia, d’a relazión y d’o sentito d’unidá d’una luenga, d’o trallo común d'o Catalán, por lo que i sobrebibirá a pesar de bellas prebatinas negazionistas sobre a suya identidá en Aragón. L'Aragonés, que ye en situazión más gañosa, ye l'unica mesmamén autotona. Feito lingüistico suyizo d’Aragón que li da caráuter de luenga nazional más encara considerando que ye o chustrato d’a luenga charrata en tot Aragón. A reyalidá más aclamable d’a Luenga nazional d’Aragón ye que dimpués de 30 años de “Poders publicos aragoneses" ha estato innorata y albandonada á la suya suerte. A conserbazión y desarrollo d’a Luenga aragonesa, que deberba aber estato iniziatiba, en un estato de normalidá y normalizazión cultural, d’os suzesibos Gubiernos aragoneses, con u en defeuto de un mobimiento asociatibo y popular d'emparo, ha estau en a prautica bitima d'o desintrés y l’albandono total, cuan no d’a negazión. Un tiempo trafegato Son arredol de 25 os años de treballo por parti d’as collas, coleutibos y particulars y o balanze sigue estando encara a esparratada de planteyamientos y a esparratada de boluntaz; o que s’ha traduzito, por a manca d’unión, en a inconsistenzia y a febleza d'o mobimiento d'esfensa de l’aragonés déban d’a soziedá y fren os Poders publicos. Ye una culpa coleutiba en a que bels han quiesto representar un paper direutor, atros o sentito particularista y muitos más o presonal, que no han feito garra bien á la causa de l’aragonés. Representato en feitos tan sonors como a frustrazión d'iniziatibas tan saludables como a ILP ta una Lai de Luengas, que contrimuestró que o mobimiento por l’aragonés no puede estar capitalizato puliticamén Masiada ribalidá en ista familla de l’aragonés, que ha suposato una perda de tiempo, en unos años creticos en que a Luenga aberba d’aber-se integrato en as puliticas de proteuzión ofizials; os meyos publicos y pribatos de comunicazión y en as rilazions entre o particular y o publico . Paralelamén eba d’aber-se afincato un "model unificato de luenga", pero si cualcosa podió senificar en ixe sentito o Iº Congreso ta ra Normalizazión de l'Aragones se puede considerar ya superato por as zercunstanzias ementatas, dica tal punto que estará por beyer lo que queda aprobeitable d’er en o nuebo enanto ubierto. Chuntos por l'Aragonés Asinas as cosas, os zaguers 20 años han suposato ta l' aragonés estar en un estato de difizil definizión, pero ixo sí con un mayor ran de conzienciación drento d’o escampo mobimiento de l’aragonés que ha parato cuenta d’a nezesidá urchén de fer cualcosa. O II Congreso de l'Aragonés eba que aber estato a representazión d’a unidá, u por lo menos d’o más amplo consenso fesable dentro d’o mobimiento de l’aragonés: por un canto, una foto de familla con una acarrazada fraternal entre os suyos miembros y, por atro, una man estendillata entre l’ofizial y o instituzional. No ha estau ixa ra foto de remate. En era bi ha notables ausenzias que denotan que as diferenzias susisten y que talmen aiga mancato un compromís reyal con l'ochetibo de remate en bels casos. En cuanto á la parti ofizial y instituzional se poderba dezir que nomás se ye amanata ta beyer o que se cozeba y que no salió combenzita d’o que beyeba u por lo menos, d'aber bisto un auténtico, platero e inrefetable mobimiento d’unidá. Confitamos que o camín enzetato por Chuntos por l' Aragonés no se dexe por trancato, encara que cuan a "Academia de l' Aragonés" enzete os suyos triballos, pos encara queda muito por aunar. Bellas Rematanzas Lo que más ye ito en contra de l'aragonés y o suyo reconoximiento ofizial ye a persistenzia d'un prechuizio, que parti d’a considerazión que dend’o suyo platero caráuter de luenga autotona se desixa a suya esenzia de Luenga nazional y deba amostrar-se en a escuela y normalizar o suyo emplego á o mesmo ran de como s’amuestran y s’emplegan as luengas propias en atras comunidás d’o Estau español. Os gubiernos d’Aragón bislayan iste poblema, como bislayan cualsiquier atro tema identitario d'alto ran. Ye a medrana pulitica de cutio. Mientres que atras Comunidás Autonomas han asumito a custión lingüistica independientemén d’o color pulitico d’os suyos gubiernos, en Aragón, encara somos asperando que se faiga d'er una custión miollar d’as puliticas culturals y d’amostranza y se creye á este respeutibe una "Pulitica d’Estato" u cuan menos "de Comunidá Autonoma”. Isto refuerza a nuestra tesis de manca de bafo aragonesista d’os Gubiernos d’Aragón y de que as suyas puliticas lingüisticas, si as tienen, no fan onra á os intreses d’a cuidadanía que almenistran. Encluso dizirbanos más, en son en contra. A formula "modalidaz lingüisticas" nos parixe un tanto suizida. O modelo local y famillar de luenga ye reblán. En un mundo an os meyos de masas se meten dica lo más fundo d’o territorio y cambian rapidamén os abitos d’as comunidás locals y familiars, cosa permanixe allena. L'aislamiento d’as bals ha rematato. Fa tiempo y ta cutio. A situazión que ha mantenito biba una luenga mientres sieglos puede senificar a suya muerte en un parella de decadas . O Manifiesto por a Unidá de l’Aragonés proposa asumir o modelo d’os enantos de normalizazión lingüística d’as luengas d’a nuestra redolada que tan grans y güens risultatos lis han dato y que debe materializar-se en adubir ixe model culto y referenzial á lo que ementa. Ye a unica bía d'esdebenidero. Entre ras muitas bentaxas d’aprestar un "model culto y referenzial" ye quitar a l’aragonés d’a suya fuerte dialeutalización; ganar más fabláns sin estar amenistablemén adscritos a un deteminato lugar u redolada y, á la bez, carauterizar y refirmar ixa riqueza dialeutal que tanto s’ensiste en conserbar. Posizions d' Estau Aragonés Estau Aragonés apuesta por a unidá d’a luenga, d’os fabláns y d’as asoziazions y presonas que esdefienden l' aragonés. L'aragonés ha muito a ganar con un autentico mobimiento d'unidá, anque toz reculemos un poquez en as as nuestras posizions. Estau Aragonés rispeta a independenzia d’o mobimiento d'esfensa de l’aragonés, as suyas asoziazions y as suyas presonas. No se fica ni en os suyas organizazions, ni en os suyos triballos, ni en as suyas rematanzas. Anque se reserba o dreito a opinar en o plan pulitico por a custión lingüistica en Aragón. Tamién clama á os suyos afiliatos y simpatizansa triballar leyal y onestamén por a unidá d’o mobimento y d’a luenga aragonesa . Estau Aragonés desixe á o Gubierno d’Aragón que reconoxca ofizialmén a Luenga aragonesa. Que faiga d’er as puliticas de desarrollo y promozión en a soziedá, os meyos y a escuela de l’aragonés. Que dexe d'innorar ista reyalidá y autúe como elemento autibo en a normalizazión d’a Luenga. que no aberba d’estar un fautor d’o chuego pulitico, d’a consecuenzia d'una mayoría u d’un pauto entre puliticos. Aluenga aragonesa ye un elemento cultural alazetal d’Aragón, que forma parti d’a soziedá aragonesa de cutio y, por tanto, ha d'estar consustanzial á ras puliticas de promozión autiba d’a cultura y de l' Amostranza de un gubierno que se diz "aragonés". Estau Aragonés ferá serbir (como fan atras asoziazions) en os suyos documentos ofizials, probisionalmén y mientres plega una formulazión ortografica ta l'aragonés, as normas ortograficas de 1987, que benimos emplegando dende ixa calendata y que s’aproboron en o I Congreso de Normalizazión de l’Aragonés, con os cambeos que dimpués s’han adibito consensuadamente profes. Estau Aragonés rispetará que sus afiliados continen escribindo como millor aduban. Ista postura, como la debandita, no sinifica prener causa politica a fabor d’una u d’atra ortografía. Estado Aragonés repuntará alcuerdos sobre Luenga aragonesa que sigan "de mayor consenso"; no ye o suyo ochetibo a exerzer “d’entidá lingüistica” y tampoco siñalará direutibas a l'autibidá d’os suyos militans. 

Profes que cuan o Gubierno d’Aragón señe a endrezera a trabiés de l’asesoramiento d’una Academia d’a Luenga Aragonesa, con os suyos documentos ofizials adempribiaremos ixa ortografía. (L' Alcuerdo  do modelo d'aragonés a usar por  o partiu s'aprebo en  a 2ª Asambleya Ordinaria d'o 10 d'otubre de 2010)

Dende Estau aragonés consideramos que a custión no ye en l’ortografía, ni en una “t” de más, u bella “v” de menos; que no bi ha de diferenzias insalbables entre os clamatos patrimonials y os clamatos neofablans y que l’aragonés no puede estar pas ocheto de manullos politicos. L’aragonés ye un feito cultural de primer orden, rasgo lingüistico de toda a Nazión aragonesa, siga como lengua u siga como chustrato idiomatico, que se merexe a unidá y l’esdebenidero y, profes, o consenso de toz os que luiten, lo sientan, l’escriban u lo charren. 
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 DERECHOS LINGÜÍSTICOS (Respuesta de Rafel Fleta a una carta publicada en Heraldo de Aragón). por Rafel Fleta 
El pasado 1 de julio D. José Luis Castro nos recordaba, en un artículo de opinión de Heraldo, que no son las lenguas quienes tienen derechos, sino los ciudadanos. Y se lamentaba de la falta de respeto a los derechos, que según él, sufren los hablantes de castellano en Cataluña. Ignora el Sr. Castro que los hablantes de aragonés en Aragón carecemos de cualquier derecho. El aragonés es la lengua en la que se escribió el Vidal Mayor, nuestra auténtica Constitución Nacional, en la que el Rey Pedro IV escribió sus Crónicas o a la que Fernández de Heredia tradujo, por primera vez a una lengua romance, las obras de Plutarco. Las asociaciones de hablantes de aragonés existen desde antes de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Aragón, y desde entonces reivindican el reconocimiento de derechos en Aragón para los aragonesohablantes, los mismos que el Sr. Castro reivindica para los castellanohablantes de Cataluña. Lejos de plantear ningún “conflicto identitario” esas asociaciones se muestran solícitas a la hora de colaborar con las instituciones aragonesas que, en contraste, se muestran rácanas en recursos y negadas a la hora de regular legislativamente siquiera nuestros derechos. Durante 30 años nos hemos portado bien, no hemos “dado mal”, como consecuencia somos invisibles y ni siquiera reputados intelectuales aragoneses, como el Sr. Castro, reparan en nuestra situación. Hoy el aragonés apenas se enseña como extraescolar en alguna escuela altoaragonesa, como si fuese ajedrez o gimnasia rítmica, y así nuestros hijos se ven empujados a olvidar la cada vez más invisible lengua de sus padres y ni los adultos encontramos apenas recursos para cultivar nuestra vieja lengua. El aragonés sobrevive, sobrevivirá, tan sólo por la voluntad de quienes todavía lo hablamos: no más del 1% de los aragoneses. Irónicamente en mi barrio podría apuntarme a un aula de adultos para aprender árabe, pero no aragonés. En esta línea, un maestro de aragonés que da clases, en el contexto de un convenio entre DGA y el Ligallo de Fablans de Chacetania, me comentaba que si los aragonesohablantes consiguiésemos el estatus de minoría étnica pasaríamos de ser la última prioridad, en Educación de Adultos de la DGA, a ser la primera. El Sr. Castro considera "natural" la expansión del castellano a costa de otras lenguas, pero la presión que él denuncia en Cataluña sobre el castellano resulta una situación paradisíaca comparándola con la que venimos sufriendo los aragonesohablantes desde siempre. Decir que aquella es fruto de una especie de conspiración orweliana y ésta un hecho natural es bien una ocurrencia fruto de la ignorancia, bien un insulto fruto de una impostura intelectual que sólo el más casposo nacionalismo español puede explicar. No hace mucho el Presidente de Arag ón presumía en un foro público de que “en Aragón no hay conflictos de identidad”. Que no se confíen ni él si el mencionado Sr. Castro: no vamos a pegarnos otros 30 años “portándonos bien” para que se sigan riendo de nosotros. Aragón, 6-julio-2008